Vuelta a la naturaleza

Después de un par de años intentando luchar contra la naturaleza y criando mis pichones del vuelo al acabar la competición (periodo julio-octubre) en este 2017 decidí volver "a la lógica" y he criado la mayoría de mis "pipiolos" en lo que podríamos considerar el periodo "natural" de cría, es decir, la primavera. Esto tiene el inconveniente de que uno se ve obligado a dedicar diariamente mucho más tiempo al palomar durante la época de concursos, cosa que yo normalmente no me puedo permitir, pero este año, "gracias" a azores, comadrejas y otras alimañas, tampoco es que hubieran muchas viajeras que atender, así que el tiempo no fue mayor problema en este caso. Los resultados en cuanto a salud y condición general de los animales criados han sido abrumadoramente positivos. Ni la menor comparación con los dos años anteriores, donde, sobre todo en los meses de julio y agosto, había que hacer malabares para mantener sanos y fuertes a los pichones que iban naciendo. Julio en Madrid es un mes durísimo. Este año no he llevado el control, pero el año pasado pasamos de los 40 grados a la sombra todos los días del mes. Con esta temperatura no hay forma... o yo no la he encontrado aún... je,je,je,je... de criar pichones "sólidos", pues los propios padres se niegan a comer y se hinchan solamente bebiendo agua, por lo que poco más que eso es lo que le acaban dando a sus pequeños. Mi calendario de cría para 2017 se inició juntando las parejas a principios de año y las dejé que pusieran y criaran normalmente hasta primeros de junio. Llegada esta fecha las fui separando a medida que terminaban de criar lo que tenían en los nidos, por lo que algunos pichones llegaron a julio aún sin destetar... Esos fueron los que peor se criaron con diferencia... algunos aún a día de hoy siguen sin estar 100% "impecables". Tras esta "grata" experiencia de "cría primaveral" y como tengo cierta tendencia a meterme en líos decidí darle otra vuelta de tuerca al "invento" y junté algunas parejas (principalmente "caprichitos" y "palomas especiales") a principios de septiembre (finales de agosto en algún caso) con la idea de tener los primeros pichones nacidos a mediados de septiembre y que los mismos me sirvieran como "colchón" para cubrir las bajas que genera la "dura naturaleza" que rodea mi palomar. El clima aquí es "tremendamente matemático" y cuando llega el otoño llega el otoño... la temperatura refresca según avanza septiembre, especialmente por las mañanas, y la sensación térmica general se vuelve mucho más agradable. Los primeros pichones nacidos en esta segunda tanda están apuntando tan bien como los nacidos en primavera e igual de sanos. Ahora sólo queda por ver cómo se desenvolverán en los concursos estos "renacuajos", que llegarán a la competición, los más pequeños, con poco más de cuatro meses de edad, para saber si el experimento ha valido o no la pena.... que aburrido sería esto si todos los años hiciéramos lo mismo.. je,je,je,je,je,je.

Pichones de septiembre 2017

Comentarios