En relación al segundo punto, yo sigo pensando que "lo que no puede ser, no puede ser... y, además, es imposible". Los límites geográficos son los que son y no tiene sentido el querer establecer competiciones por encima de ellos. Creo que, cuando hablamos de competiciones cortas y entre ellas incluyo todas las sueltas entre nuestras Islas, no tiene sentido hablar de algo más que no sean sueltas insulares. Con ello no opto por eliminar las competiciones sociales, más al contrario, pienso que nuestro deporte debería seguir siendo lo que siempre ha sido, un deporte de barrio, de competencia cercana... entre vecinos, con una doble clasificación social-insular. Tengo claro que los campeonatos a mayor escala carecen de lógica y de justicia deportiva. A nuestros efectos, los insulares son los nacionales de belgas u holandeses y basta ver el volumen de palomas que movemos, unas 3.500 palomas por suelta, cuando hablamos de insulares de velocidad o medio-fondo, para ver que esta reducción no supone en ningún caso una pérdida de competitividad. Lo que deberíamos hacer, si realmente queremos potenciar nuestra competición, pero pensando en nosotros y no en ningún reconocimiento externo, es incrementar el número de sueltas de alcance insular. A modo de ejemplo, hoy en día tenemos en mi Isla un Campeonato Insular de Velocidad que consta de solamente dos sueltas y, además, desde el mismo punto de suelta, es decir, que puede salir campeón de velocidad cualquiera que consiga cuadrar dos semanas seguidas 5 palomitas en buena forma. Entiendo que lo ideal sería unificar la competición desde las primeras sueltas y hacer una campaña única, marcada desde la Asamblea de la Insular, donde todos compitiéramos contra todos a nivel insular. ¿Qué se requiere para esto?, pues muchas cosas, pero las principales serían:
- Alguien con el valor suficiente para romper años de tradición y plantear una iniciativa innovadora en la Asamblea de la Insular, por medio de un plan de viajes que cambie los esquemas actuales y unifique sueltas.
- Unos clubes responsables y con visión de futuro, para ver más allá de sus intereses particulares.
- El compromiso de aceptar lo que la mayoría decida y no buscar, a posteriori, la forma de boicotear lo acordado, estableciendo concursos en paralelo o eliminándolos de la competición social.
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