Lo que no me pase a mi...

No, no... no lo digo por lo que tengo que leer últimamente en Columba, que eso no pasa de mera anécdota, sino por lo que he vivido esta tarde en mi palomar. Les cuento paso a paso: Llego al palomar y noto que tengo más palomas de lo habitual, cuento y veo que hay una hembra azul que no estaba el día anterior. Uno, ingenuo que es, piensa que puede ser una de las que me habían faltado en la suelta de Isas. Además, una de ellas coincide mucho con el aspecto de la recién llegada que, por cierto, lleva una anilla de nombre en la pata. Cojo la paloma y miro la anilla, pensando si será de Fuerteventura o de alguna otra Isla, pero, sorpresa, la anilla es de un colombófilo de Gran Canaria. A mi, que sigo siendo ingenuo, lo único que se me ocurre pensar es que, tal vez, alguien de Fuerteventura le dió la paloma a uno de Gran Canaria, para que la trajera para acá, y éste le puso la anilla de dirección para contarme dónde había estado la paloma. En esto, ya con la paloma en la mano, la miro con detalle y me doy cuenta que no es ninguna de las de Morro Jable, sino una pichona que me había faltado en el mes de julio, de una suelta desde Pozo Izquierdo. Ya empezaba a entender de qué iba la cosa, pero no pude resistirme a llamar al colega que había anillado mi paloma con su anilla. Pues nada, marco el número me presento y le digo que tengo en casa una paloma con una anilla suya. Enseguida sabe de qué paloma le hablo y empieza a hablarme maravillas de ella, que no se esperaba que le faltara, que era una paloma preciosa, una fuera de serie, que la quería recuperar como fuera, que a ver cómo lo hacíamos para que se la devolviera, etc. Yo, tras darle un rato la razón, le conté que todo perfecto, pero que la paloma era mía. Su primera reacción fue de incredulidad, que cómo podía ser eso. Luego pasó a la justificación, que si la cogió siendo un pichón pequeñito, que buscó y preguntó por todos lados, pero nadie supo decirle de quién era, etc. Finalmente y donde ya terminó de lucirse, fue cuando pasó a la generosidad. Me dice: "... tranquilo, sin problemas... te la puedes quedar". Tócate los h... claro que me la voy a quedar, porque es mía... faltaría más, le respondí.

Cuando pasan estas cosas, a veces uno piensa que las palomitas se pueden haber quedado por algún barranco, o en la plaza del pueblo, o en el palomar de alguien que no viaja o en el de algún chaval que empieza en palomas y cualquier cosa que le llega le parece una maravilla, pero en este caso no es nada de eso. El tipo que cogió mi pichona es una veterano de esto. Un "nombre grande" en la Isla. Un tipo que mete muchas palomas de fondo y gusta de alardear de ellas en Internet. Sólo mirando un poco por las webs veo los siguientes resultados de sus palomas:
  • 2º premio sacrificio Punta Jandía.
  • Campeonato Open Otoño Norte.
  • 11º premio Madeira.
  • 1 paloma de Tan-Tan.
  • 1 paloma de Safi.
  • 1 paloma de Essaouira.
Viendo ese palmares... jooer es que hasta me empiezo a sentir alagado porque se haya querido quedar con mi pichona, aunque ella tampoco es mala pieza: su abuelo paterno tiene tres primeros premios de Tan-Tan, su abuela materna tiene otros tres Tan-Tan, su abuelo materno está viajado de Safi en Tenerife, etc... una hijita de gatos que vuelve a casa.... je,je,je,je

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