Criando en verano

Este año decidí no empezar a criar hasta acabar la campaña deportiva, con la idea de así poder dedicarme "full time" al cuidado de los reproductores y de los pichones que fueran naciendo, además de disponer de mis mejores viajeros como parejas "adicionales" de reproducción. Me reforzó esta idea el ver lo que bien que el año anterior se había criado en mi palomar la última ronda de pichones que nació por estas mismas fechas de 2014.

Tras finalizar la campaña, que en mi caso fue a mediados de junio, junté las parejas y los primeros pichones nacieron en torno al quince de julio. Esta cría "masiva" en pleno verano era algo nuevo para mí, pues, como les decía antes, en años anteriores sólo había criado algún que otro pichón "rezagado", pero poco más. Lo cierto es que he pagado la novatada, porque las cosas no han salido tan "rodadas" como me hubiera gustado. La inexperiencia de criar en estas fechas a la que hay que añadir el calor "asesino" que hemos tenido durante el mes de julio en Madrid, donde todos los días, sin faltar ni uno, hemos pasado de los 40º, me ha dejado sin casi la mitad de los nacidos en esta primera ronda. En cualquier caso, todas las experiencias vitales son positivas, si somos capaces de sacar conclusiones provechosas a partir de lo sucedido. Por si a alguien le pudiran ser de utilidad, ahí les dejo las mías:

- No es buena idea dejar los comederos fijos en el palomar de reproducción. Yo siempre los he tenido fijos porque no me gusta que los pichones pasen ni un momento sin comida a su disposición y nunca he tenido problemas, pero he podido comprobar que de esta forma y con estos calores las palomas comen mucho menos y, por tanto, dan menos comida a los pichones. Quitando el comedero y volviéndolos a poner varias veces al día he conseguido que coman más tanto los padres como los hijos. Aunque pueda parecer una chorradita, se nota en como suben los pichones en el nido.

- El maíz. En general los reproductores no suelen ser partidarios de comer maíz, pero cuando las temperaturas son altas aun mucho menos. Me ha ido mucho mejor con una mezcla de reproducción sin maíz. Más apetito y pichones mejor criados. Las muy cabr... eran capaces de quedarse sin comer antes que acabarse el maíz de los comederos

- No hay que olvidarse de las buenas costumbres. Yo siempre he sido de rutinas sencillas, pero constantes. En mi palomar de reproductores no puede faltar "Vitamineral", grit, vinagre de manzana, sedochol y levadura de cerveza (líquida). Este año, por mil historias que no vienen al caso, no he sido tan estricto con estos temas y se ha notado y mucho. Pichones que no se ha desarrollado bien, adenovirus haciendo de las suyas, etc. Bastó volver a la regla habitual y el cambio en el estado de los pichones fue casi inmediato.

- Sin prisas. Algo que ahora he notado sobremanera, a diferencia de lo que sucede en la cría de primavera, es lo importante que es el no apurarse en destetar a los pichones. Muchas veces con la idea de acelerar la cría, debido en parte a las propias fechas en las que nos encontramos, he separado pichones de sus padres con 25 días justos y... fatal. Esos fueron los primeros en caer, a pesar de que todos iban pasando a un palomar exclusivo de pichones, sin adultos que los pudieran "acosar".  Ahora no desteto hasta que no los veo totalmente autónomos. Los dejo vagabundear por el suelo del palomar de reproductores hasta que su aspecto da la sensación de tener suficiente vitalidad y fuerzas como para poder buscarse la vida por su cuenta.

Por suerte, el problema no ha pasado a mayores y los nacidos posteriormente a estos primeros "conejilos de indias" ya están saliendo mucho mejor y tienen pinta de mensajera desde el propio nido, no como los primeros, que parecían gorrioncillos... je,je,je,je

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