Cosas que uno nunca aprende

Hay que cosas que nos dicta la lógica... y la experiencia, pero que el corazón no quiere aprender. Les pongo un ejemplo. El domingo pasado me fui a soltar todas las pichonas al mismo punto desde donde el sábado había soltado los machos, con muy buen resultado. Suelto las hembritas... todas juntas para casa, en bando compacto... todo perfecto. Al llegar al palomar, faltaban cinco... de las cuáles tres fueron llegando a lo largo del día. Las otras dos, a día de hoy, siguen sin aparecer y aquí es donde viene al caso lo que les comentaba al principio, de que no queremos aprender. Una de las que falta es una pichona de esas que desde el  nido vemos que no avanza ni cuesta abajo, que tiene un desarrollo penoso, que muda mal... pero como es hija de fulanita de tal... le damos una oportunidad. Como era de esperar, se cumple la norma... y se pierde a la primera. Diez meses perdidos con ella. La otra que falta es esta... Pichona recuperada, la que se tiró seis meses en casa de otro colombófilo y me apareció anillada a nombre, un día que la estaban entrenando cerca de casa. Otro ejemplo de la norma que no falla: paloma que vive y vuela fuera de su palomar tanto tiempo... no vale un duro. Con esta he perdido aun más tiempo porque cuando la recuperé en enero la empleé como ama de cría, para encariñarla en el palomar . Luego la empecé a volar en casa y... a la primera suelta... supongo que de vuelta en el otro palomar... manda h...

Voy a hacer una placa y ponerla en el palomar: "Las palomas malas... jamás se vuelven buenas"... je,je,je,je,je,je

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